Este la segunda parte del artículo escrito por mi invitada Ana Costa, psicóloga y terapeuta experta en mindfullness para gestionar el estrés.
Puedes ver el primero aquí. Ella ha conseguido crear de cero un proyecto online que ahora no para de sonar y le he pedido que comparta su experiencia como profesional y como persona pues sabe bien a todo lo que hay que enfrentarse cuando quieres crear tu marca como profesional del desarrollo personal en Internet.
Desde aquí, gracias Ana por compartir esto con mis lectores que estoy segura que les ayudará muchísimo
Hola, ¿Cómo estás?
Hace poquito, te hablaba de cómo manejar el estrés que te provocan tus miedos externos, a la hora de poner en marcha un proyecto de desarrollo personal online. Si te lo perdiste, puedes recuperarlo de nuevo AQUÍ
En este artículo en cambio, me gustaría hablar de tus miedos internos, y de cómo puedes hacer para manejar el gran estrés que te provocan. ¿Me acompañas?
Tabla de contenidos de este post
PRINCIPALES MIEDOS INTERNOS QUE PUEDES SENTIR Y CÓMO MANEJARLOS:
MIEDO A EXPONERSE:
Empiezas a pensar en todas las personas que verán tu trabajo y sabrán de tu vida al estar en internet, y te entra el agobio, ¿verdad? Tal vez, pienses que ello afectará a tu intimidad, a tu calidad de vida, a tu imagen, etc., etc…. pero, ¿sabes qué?: todo está en tu mente.
¿Qué diferencia hay entre que te conozcan tus clientes en tu barrio o tu ciudad, o que te conozcan en internet? Ya te lo digo yo: ¡ninguna! Así que, ¿de qué tienes miedo?
No eres tan importante. Deja de pensar que eres el ombligo del mundo y céntrate en aportar muchísimo valor y en dar lo mejor de ti, para que tu imagen sea honesta y sólida. Inspira confianza a tus seguidores con apertura, humildad y cercanía, y verás como todo irá bien.
A mí, cuando tengo algún evento presencial, o tengo que publicar algo en internet, me ayuda mucho tomármelo como si hablara con mi mejor amiga, como si me estuviera dirigiendo a ella. Eso hace que sea franca y directa, y que las personas me sientan cercana y abierta. Y, al fin y al cabo, si tratas así a las personas, al final acaban siendo también buenas amigas, así que, no voy tan desencaminada, ¿no? 😉
MIEDO A PEDIR DINERO POR LO QUE HACES:
Los que nos dedicamos a profesiones de ayuda, a menudo tenemos un conflicto a la hora de cobrar por nuestros servicios, ya que, por encima del hecho de “ganar dinero”, priorizamos el hecho de “ayudar”.
A mí me costaba mucho fijar mis precios, porque tenía miedo de que me consideraran demasiado cara y no estaba segura de que mis servicios valieran lo que pedía por ellos. Y, sobre todo, tenía miedo de dejar sin mi ayuda a personas que la necesitaran mucho, pero que no podían pagarme.
Tuve que hacer un trabajo mental importante. ¿Te cuento cómo?:
- Siendo consciente de todos los años de formación que llevaba y de todo el tiempo, dinero y esfuerzo que había invertido en prepararme bien. ¿Cuánto te ha costado a ti? ¿Y eso cuánto vale?
- Dándome cuenta de que, en realidad, no vendía mi tiempo y tampoco vendía mis servicios. Tenemos que quitarnos de la cabeza que vendemos nuestros servicios por horas. En realidad, lo que hacemos los que nos dedicamos a la ayuda y al crecimiento personal es intercambiar dinero por bienestar y felicidad. ¿Qué precio tiene eso?
- Si aun así, sigues teniendo problemas, a la hora de fijar tus precios, haz como yo: realiza acciones solidarias, siempre que puedas, (por ejemplo, dando talleres gratuitos para colectivos desfavorecidos, o destinando una parte de tus beneficios a alguna ONG) o realiza alguna promoción especial para quien realmente lo necesite (por ejemplo, estudiantes, parados o jubilados, si es que quieres también trabajar con estos colectivos).
- Pero, sobre todo, lo más importante: piensa PRIMERO en ti, o no podrás ayudar a nadie, si tú no estás bien primero. No se trata de forrarnos a costa del sufrimiento humano, pero, tampoco de andar asfixiados, porque somos tan solidarios que andamos regalando nuestro trabajo a cualquiera, cuando nadie más lo hace. ¡Tienes que pagar tus facturas!
MIEDO A SER JUZGADO POR TUS COLEGAS DE PROFESIÓN:
En mi caso, a menudo siento que no solo hago psicología de la forma tradicional, sino que estoy abierta a otras muchas opciones que puedan ayudar a mis clientes (como el coaching, la PNL, el yoga o la meditación, por ejemplo), y, por ese motivo, he llegado a pensar que muchos compañeros psicólogos podrían no entender, ni aprobar mi trabajo.
Pero, resulta que, precisamente eso, es lo que me hace diferente y lo que me hace ser más yo y aportar lo mejor de mí. Creo que no podría ayudar a mis clientes, si no pudiera trabajar de la forma con la que realmente me siento cómoda, la que me nace del corazón. Y eso, seguro que mis compañeros psicólogos pueden entenderlo perfectamente J
Por eso, para combatir ese miedo, quizás te puedan ayudar las siguientes pautas:
- Trabaja con autenticidad y aporta tu sello propio y personal en todo lo que haces: Si sientes de una manera y trabajas de otra, no funcionará. Sé coherente con tu forma de ser y con tus valores, busca tu propia voz y tu propio estilo y no los traiciones por nada del mundo. ¡Sé tú! No pasa nada por ser diferente.
- Que la honestidad sea tu bandera: No copies contenidos, cita siempre tus fuentes, trata a tus compañeros de profesión con generosidad y respeto, comparte valor, colabora y compórtate con ellos como te gustaría que se comportaran contigo. Así, siempre te irá bien.
- Aporta siempre lo mejor de ti: Si aportas mucho valor y ayudas realmente a tus clientes, nadie podrá cuestionar tu forma de trabajar, ¿verdad? ¡Pues eso!
- El Síndrome del Impostor: ¿Sabes lo que es? Es sentir que no sirves para lo que estás haciendo y que, además, todos se van a dar cuenta de ello y vas a acabar fatal. ¿Te suena? ¡A mí sí! Porque, adivina… efectivamente, yo también lo he sufrido J ¿Y sabes lo que he hecho para combatirlo? Pues elaborar mi propio método de trabajo basándome en mi propia vida y en las experiencias, dificultades y sufrimientos que yo misma tuve que superar, para enseñarles a mis clientes cómo pueden hacer lo mismo. En eso, sin duda, soy una verdadera experta, así que nadie podrá cuestionarme, ni siquiera yo misma. ¡Frente a eso, es imposible sentirse un impostor! 😉
Ahí, tengo que decir que la ayuda de Ana fue inestimable. Gracias a su “Método Experto” conseguí definir y desarrollar ese método que me hace ser una experta en mi campo y que es solo mío: el Método SER
MIEDO A NO SER CAPAZ, A NO DAR LA TALLA, A DEFRAUDAR:
Este miedo, está muy relacionado con los dos anteriores, porque los tres tienen que ver con tu autoestima.
Te comparto un descubrimiento que me ayudó a afrontar este miedo:
Si te centras al 100 % en que tus clientes consigan sus objetivos, y trabajas sinceramente en ello, te aseguro que serás capaz de ayudar mucho a tus clientes y que no les defraudarás.
No es pensar en todo lo que vas a ganar y lo bien que te va a ir, sino pensar en todo lo que les puedes ofrecer a tus clientes y lo mucho que le puedes ayudar, aportando lo mejor de ti.
Y, ten muy claro que no puedes gustarle a todo el mundo y que habrá personas con las que conectarás y otras con las que no. Por tu forma de trabajar y por tu especialización, atraerás mucho a un tipo de personas y, sin embargo, a otras no les dirá nada tu trabajo. Es normal. Tú resuelves un tipo concreto de problemas, no todos.
Céntrate en lo que sabes hacer tan bien y olvídate de querer hacer de todo para todo el mundo. Verás como siempre se te acercarán las personas adecuadas para que tú puedas ayudarles.
Y, si después de todo lo que te he explicado, sientes que sigues teniendo problemas importantes con tu AUTOESTIMA, necesitas hacer algo YA, o jamás conseguirás que te vaya bien. No podrás ayudar a otros, si primero no te ayudas a ti.
Si necesitas ayuda en este tema, contáctame sin compromiso ninguno, y vemos si te puedo ayudar 🙂
“La mejor inversión que puedes hacer en ti y en tu proyecto de desarrollo personal, es tener una sana autoestima. Solo entonces podrás ayudar a tus clientes de verdad”.
MIEDO A EQUIVOCARTE:
¿Tienes dudas sobre si el camino que has elegido es el correcto? ¿No sabes si esto es a lo que realmente te quieres dedicar? Conozco esta sensación y, la verdad es que es algo que estresa muchísimo, porque, si no tienes claro cuál es tu objetivo, es imposible que puedas avanzar. Como dice el dicho: “si no sabes a dónde vas, no sabrás cómo llegar”.
Sobre este tema, ¿me permites que te haga unas cuantas preguntas? Analiza bien tus respuestas y verás como te dan muchas claves muy valiosas:
- ¿Realmente crees que no sabes lo que quieres, o es solo el miedo que te paraliza?
- ¿Recuerdas cuál es tu principal motivación para dedicarte a esto?
- ¿Tienes claro qué aportas, a quién y por qué?
- ¿Qué te dice el corazón? ¿Qué dice tu intuición? Pasa tiempo contigo y escucha tu voz interior. ¡Ella siempre tiene razón!
- ¿Cómo te sientes cuando te centras en tu proyecto? ¿Se te pasan las horas volando y te olvidas hasta de comer? O, por el contrario, ¿tienes que hacer un esfuerzo sobrehumano para terminar tus tareas, te cuesta mucho ponerte y cualquier cosa te apetece más que esto?
Déjame que comparta contigo un sistema INFALIBLE para detectar si vas por buen camino o no (y, créeme, siempre funciona).
Es el siguiente: Observa bien qué sientes cuando estás trabajando.
- Si tienes una sensación de paz, de alegría, de plenitud, tu corazón se expande y te sientes crecer, de tal manera que lo harías incluso sin cobrar, porque te hace muy feliz, y sientes que eres mejor persona y que surge lo mejor de ti cuando te dedicas a esto, entonces, sin ninguna duda, has encontrado tu misión y este es tu camino, segurísimo. ¡Felicidades, porque, si continúas sembrando, muy pronto el éxito te sonreirá de verdad!
- Sin embargo, si por el contrario, cuando te pones a trabajar, el corazón se te encoge y sientes incomodidad, tristeza, insatisfacción, y te cuesta un mundo trabajar; si las horas no pasan y estás deseando acabar; si solo piensas en el tiempo libre que tendrás cuando acabes y lo único que te importa es que te da ingresos que necesitas, pero, si tuvieras suficiente, ni te plantearías dedicarte a esto, entonces, por favor, hazme caso y cambia de actividad YA, porque en esto, jamás conseguirás que te vaya bien.
Tiene que ser algo que hagas sin esfuerzo y con mucha alegría e ilusión, o no conseguirás mantener tu motivación alta, ni invertir lo suficiente en ello, ni por supuesto, ofrecer ningún valor a tus clientes.
RESUMIENDO:
La mayoría de las veces esos miedos que tanto te estresan están solo en tu mente y los creas tú solo. Toma conciencia de ello, pon atención en todo lo que haces y, sobre todo, en todo lo que piensas, y serás capaz de manejarlo muchísimo mejor. Con todas las pautas que te he dado, verás como no es tan difícil. ¡Ánimo! Si yo he podido con ello, tú también puedes hacerlo 😉
Si quieres tener más pautas para manejar tu estrés, te comparto 10 estrategias infalibles en un artículo que escribí en estas Fiestas, pero, que puedes poner en práctica en cualquier momento del año. Puedes leerlo AQUÍ.
Además, en este mini-curso gratuito te enseño algunas pautas infalibles más, para que el estrés deje de ser un problema en tu vida 😉
Pues hasta aquí estos artículos anti-estrés especiales para emprendedores online de la ayuda y el crecimiento personal.
Te agradezco mucho que me hayas acompañado todo este tiempo y espero haberte aportado estrategias útiles que realmente te ayuden mucho a superar el estrés que supone poner en marcha un proyecto online de ayuda y crecimiento personal.
Y, por supuesto, también muchas gracias a Ana por permitirme escribir en su blog y por haber dejado que pueda compartir contigo muchas de las cosas que también ella me ha aportado y enseñado. ¡Gracias de corazón, Ana! 🙂
Ah, y, como siempre, si te ha gustado este artículo, por favor, no dejes de compartirlo, para que más personas puedan beneficiarse de él.
Y, si me dejas tus comentarios más abajo, estaré encantadísima de responderte. ¡Los espero! ¡¡GRACIAS!! 🙂
Ana Costa dice
¡GRACIAS, ANA! <3
Ya no me quito la sonrisa de la cara en un año 🙂
MUAKS!!
Ana Sastre dice
Gracias a ti por estos posts que dan tanto valor. De verdad que me son muy valiosos para que mis lectores vean que todo pasa! Mil gracias y un fortisimo abrazo
Sefora Bermudez dice
Vaya…¡¡y yo que me pensaba que era especial!! Jeje, es broma.
Es que parece que hayas descrito la montaña rusa interna que uno atraviesa cuando empiezas un proceso de emprendimiento en el mundo del desarrollo personal (u otros).
Ciertamente el síndrome del impostor, de la crítica…son todas etapas y procesos que hay que ir superando e integrando en nuestras dinámicas de trabajo diario.
Y no hay mejor forma de hacer esto que en compañía de profesionales como vosotras.
La sensación de que solo tu tienes estas sensaciones es muy fuerte y cuando se comparte la experiencia las dificultades pesan menos.
Mi última fase ha sido decidir si quería decidirme a esto o no. Y me has hecho darme cuenta, aún más, de que estoy tomando la decisión correcta, siguiendo el consejo de eschuchar tu cuerpo y estar atento a las sensaciones que sientes al desempeñar las diferentes tareas.
Gracias por estos artículos tan necesarios. Me han encantado los dos (en el primero comenté desde el móvil, que palabras más mal escritas! perdón)
Un fuerte abrazo y te seguimos la pista Ana Costa. 😉
Ana Costa dice
Hola, Séfora.
Muchísimas gracias por compartir aquí de nuevo tus sensaciones.
Tienes toda la razón: lanzarse a emprender se parece un poco a meterse en una montaña rusa.
Por ese motivo, no es para todo el mundo. Si alguien quiere saber lo que pasará en su trabajo mañana, pasado y al otro; si quiere pasarse los días haciendo siempre lo mismo; si quiere saber que, haga lo que haga y pase lo que pase, le llegará el sueldo «seguro» cada final de mes (yo tengo mis dudas de que lo sea para siempre…), entonces, que no se dedique a emprender.
¡Eso es solo para los que nos aburrimos fácilmente y necesitamos emociones fuertes! 😀 Y, sobre todo es para los que sentimos que podemos poner nuestro granito de arena para hacer que muchísimas personas se sientan un poquito mejor cada día.
¡Felicidades por haber descubierto tu misión en la vida, guapísima! Por supuesto, como tan bien has explicado, pasa por escucharte y comprender que eso es lo que te pide el corazón y que ninguna otra cosa te haría más feliz.
La sensación que se tiene al conseguirlo, no tiene precio, ¿verdad? Y, además, desde ese momento, todo se vuelve fácil y apasionante. ¡Ese es el motor que nos impulsa!
Mil gracias, Séfora. Estoy convencida de que en tu proyecto te irá genial, y de que podrás ayudar muchísimo a muchas personas que tanto lo necesitan. En ese precioso camino nos encontraremos 😉
¡Un abrazo enorme, preciosa!
Cristina Hortal dice
Hola de nuevo, Anas! Gracias por esto.
Ana Costa, muy identificada con todo. Leyendo la parte del dinero, he estado reflexionando.
Hace relativamente poco, descubrí un bloqueo con este tema: Me sentía un poco incómoda cobrando, no acababa de acostumbrarme y no sabía que me pasaba.
Un día, no sé como, pero me di cuenta: Me sentía culpable de cobrar por algo que me salía solo, que haría gratis! Por algo con lo que disfrutaba.
Entendí que tenía muy grabada la creencia de tener que ganar dinero mediante sacrificio y trabajo duro.
Me quedé de piedra, no sé cómo no e había dado cuenta.
Así que, una vez hecho consciente, en ello estoy: corrigiendo el enfoque.
Gracias por todas esas sugerencias.
En lo del método, coincido plenamente. Ayuda a saber el terreno que pisas y da seguridad.
Gracias.
Un abrazo a ambas, chicas!
Ana Costa dice
Hola, Cristina.
Muchas gracias por compartir de nuevo tus experiencias.
Efectivamente, esto del miedo a cobrar es todo un tema…jejeje. Es algo que llevamos grabado tan fuerte en nuestro subconsciente que, si no nos damos cuenta, nos puede sabotear muchísimo, ¿verdad?
Me ha encantado tu comentario, porque pones la mirada en un aspecto muy importante: la creencia de que solo se puede cobrar por lo que cuesta esfuerzo y trabajo, la famosa creencia de que debemos ganarnos el pan con mucho sudor.
Es algo con lo que se nos ha programado mucho desde muy pequeños y, por ello, como tan bien explicas, cuando estamos disfrutando en nuestro trabajo y es algo que haríamos incluso gratis, nos cuesta tantísimo cobrar por ello.
Para poder cambiarlo, primero hay que darse cuenta, como has hecho tú tan bien. Y, por supuesto, ¡se puede cambiar!
A mí, en este tema, me ayuda mucho quitarle al dinero todas las connotaciones que lleva asociadas, y pensar que es solo energía, y que, al pagar y cobrar, lo que hacemos es un simple intercambio: yo te doy valor, y tú me pagas. Y, después, esa «energía» que yo he recibido de ti, se la daré a otra persona que me aporte valor a mí, de manera que, al final, todos recibimos valor y todos movemos la energía entre todos. Así, me resulta más fácil 😉
¡Muchas gracias, Cristina!
Estoy segurísima de que aportarás muchísimo valor a tus clientes y de que, a cambio, recibirás muchísima «energía» de ellos 😉
¡Un fuerte abrazo, guapísima!
Eva Bargues dice
Hola Anas! 🙂
Impresionante la segunda parte! Se puede hacer una guía par ala mayoría de nosotros. Muchísimas gracias por escribirlo y publicarlo. Me ha aportado tranquilidad y herramientas para vencer mis miedos externos e internos.
Superabrazo a las dos
Eva
Ana Costa dice
¡Hola, guapísima!
Muchísimas gracias a ti, por pasarte a comentar y por aportarnos tanto a todos los que seguimos este camino de emprender en desarrollo personal. Todo un lujazo hacerlo al lado de profesionales tan impresionantes como tú 🙂
Yo tengo que agradecerte muchísimo todo lo que he aprendido de ti sobre la creencia de escasez. Me diste un empujón muy importante para aprender a liberarme de ella y te estaré siempre inmensamente agradecida. ¡Gracias, Eva!
Estoy convencida de que con tu proyecto ayudarás muchísimo a muchas personas que lo necesitan tanto, como ya estás haciendo con tanto Amor y Cariño.
¡Qué feliz estoy de haberte conocido, preciosa!
Un abrazo ENORME!!
Tere dice
Excelente la informacion que nos compartes, Muchas gracias
Ana Costa dice
Hola, Tere.
Muchas gracias a ti, por pasarte a comentar.
Me alegro de que te haya gustado y espero que te ayude mucho.
¡Un fuerte abrazo! 🙂
Bego dice
Jolin Ana, parecía que me leías el pensamiento. Cada apunte, cada párrafo me identificaba.
Y saber que lo habéis superado, y que forma parte del camino de todas y cada una.
Hay tantos momentos de dudas… pero luego estás con el cliente, ves sus progresos, su cara, sus testimonios (por qué no decirlo) y me siento tan bien, pero tan bien.
Así que a seguir en el camino y a seguir aprendiendo de Anas como vosotras. Muak
Ana Costa dice
Hola, Bego.
Me alegro mucho de que te hayan gustado mis artículos 🙂
Y no, no te leía el pensamiento…jejeje. Es solo que, como comentas, este proceso forma parte del camino, y todos, de una forma u otra, acabamos pasando por las mismas cosas.
Pero, si me permites, solo un pequeño apunte: lamento decirte que no lo hemos superado (al menos, yo no…). Porque, cuando has superado unas cosas, enseguida te llegan otras. Y otras, y otras más… Y esto nunca se acaba (¡por suerte!).
Pero, la buena noticia es que, como tú dices, no lo hacemos solos. Hay muchos otros «locos-soñadores» que nos acompañan y de los que podemos aprender mucho.
Conoces a personas que te acompañan, con las que compartes muchísimo, que te ayudan, te enriquecen, te aportan y te transforman mucho, mucho…
Y tú, gracias a ellos, aprendes y creces muchísimo y, de esta manera, puedes también aportar más y ayudar mejor.
Y eso es algo maravilloso, que no tiene precio.
Entre todos, vamos poniendo nuestras semillitas para que este mundo sea cada día un poquito mejor 🙂
Estoy segurísima de que tú también tienes muchísimo que aportar y que de ti también podemos aprender mucho, Bego. ¡Y si no, al tiempo! 😉
¡Muchísimas gracias, guapísima!
Te mando un abrazo enorme y te deseo todo lo mejor en tu precioso proyecto 🙂