¿A ti también te cuesta desconectar del trabajo?
¿Cuando llega una hora determinada no eres capaz de “quitarte la chaqueta” y sigues dándole vueltas a los proyectos o los marrones que a veces suceden?
Si esto es así, seguramente lo estés viendo reflejado en tu energía, y también en la calidad de tus relaciones personales, en tu calidad del sueño, etc.
Volver a equilibrar esa atención es fundamental porque en un negocio tienes que aceptar que las tareas no acaban y que hay que aprender a cerrar “hasta mañana”.
Así que hoy quiero hablarte sobre este tema tan importante: sobre conciliación, minimalismo en los negocios y sobre qué hago yo para desconectar del trabajo, conectar conmigo y disfrutar de otras en tu día a día aunque tenga flecos pendientes.
Tabla de contenidos de este post
Desconectar para conectar
A la hora de aprender a deconectar del trabajo, para mí hay dos fases a trabajar: la primera es la desconexión en sí, y la segunda la reconexión.
Con la primera vamos a darle a nuestra mente herramientas para que pierda el interés, para quitarle atención, y que baje el ritmo.
Y con las segundas, vamos a realizar actividades que impliquen tu atención plena para que así puedas conectar contigo.
ACCIONES DE DESCONEXIÓN
Vamos a empezar a ver cuáles son esas acciones de desconexión que te recomiendo, y la primera es:
#1 Diferencia tu espacio de trabajo
Si trabajas en casa es posible que tu zona de trabajo se haya agrandado hasta el infinito. Puedes trabajar en el salón, en el cuarto, en la cocina…
Pues incluso si tienes un espacio pequeñito, debes elegir cuál es tu mesa de trabajo y tu zona. Y el resto intentar solo utilizarlo para cuando no estés trabajando.
Si esto te parece imposible, un coworking o alquilar una consulta puede ser una buena solución.
Así cuando acabes tu jornada y salgas de ese espacio, pasearás por otros lugares que no te están recordando la conversación que tuviste, o veras un papel que dejaste pendiente, etc.
#2 Establece un horario
Si eres tu propio jefe, este horario puede ser diferente a una jornada laboral normal: por ejemplo puede que trabajes de lunes a domingo pero solo por las mañanas, o que trabajes a primera hora de la mañana y alargues las tardes.
No importa, lo que sí es importante es diseñar (si quieres en papel para empezar) las pausas, los tiempos de descanso y empezar a respetarlos.
#3 Hacer la lista para mañana
Dicen que solo podemos mantener unas cuantas cosas a la vez en nuestra memoria de corto plazo y que las cosas pendientes son las que están programadas para venir a nuestra cabeza más fácilmente.
Entonces, cuando tenemos más pendientes de los que debemos, nos van rotando estos temas en la cabeza: primero uno, luego otro….
Por eso cuando llegue el final de tu jornada, ya sea a las 14h o a las 20h, te recomiendo que guardes la media hora anterior para hacer un repaso de las cosas que están pendientes y decidir por dónde empezarás mañana.
Cuando hacemos listas, nuestro cerebro se descarga de esas tareas y de recordarlas periódicamente porque sabe que están en tu lista y sabes cual es el siguiente paso.
Así estarás más tranquilo.
#4 Ritual de cierre
Cuando los bebés tienen ya unas semanas, uno de los retos de los padres es que les hagamos una rutina para que se acostumbren a dormir a la misma hora. Pues bien, esto también nos vale a los mayores.
Si cuando ha llegado tu hora, has hecho tu lista de cosas para mañana, creas una pequeña rutina de acciones que indiquen que el trabajo se ha acabado, verás como tu mente, si eres constante, se relaja y asume que por hoy no puedes hacer más.
Por ejemplo: apagar el portátil, hacer una respiración profunda, preparate una infusión y darte una ducha. O puede ser ponerte ropa cómoda y zapatillas de estar por casa y meditar 5 minutos.
Lo que sea pero se constante y verás como tu cerebro lo empieza a entender.
#5 Olvídate del móvil
Pues sí, en ese aparato tenemos tantas cosas, que los que tenemos nuestro propio negocio podemos seguir conectados si seguimos con el móvil cerca. Por eso lo mejor es tenerlo lejos cuando ya ha terminado tu jornada para que no te sientas tentado a ver las redes, el email o el whatsapp de trabajo.
Además está estudiado el enganche que genera el móvil y las aplicaciones, y como lo utilizamos de manera adictiva para dar dopamina a nuestro cerebro indiscriminadamente.
Por cierto, puedo hacer un video específico sobre cómo hago yo para desconectar del móvil, que yo tengo un solo móvil y todas las apps de trabajo allí. Si quieres que lo haga dímelo en los comentarios.
ACCIONES DE RECONEXIÓN
Y ahora vamos con las acciones de reconexión, porque ya hemos convencido a nuestro cerebro de que pierda el interés por seguir pensando en cosas de trabajo, ahora le vamos a regalar un caramelo de atención.
#1 Quedar con personas
Este yo creo que es el recurso que más me ha valido en mi vida.
Cuando estaba soltera me ponía planes con gente a una hora para asegurarme que a partir de ahí cortaba, y cuando me fui a vivir con mi pareja, que tenía un horario muy concreto, sabía que a partir de las 6 ya tenía que desconectar. Y ahora que tengo dos niñas… pues el horario lo marcan ellas.
Y como son mis clientes más importantes pues tengo que hacerles caso.
Además la ventaja de los que tenemos niños es que ellos saben si “estas presente” o no lo estás y si te ven que estas “en tus cosas” o te has puesto a mirar el móvil ya se encargarán de sacarte de ahí para que les eches cuentas.
#2 Tener una actividad que absorba tu atención: una película, un deporte …
Y en defecto de quedar con gente, hay muchas actividades que te piden tu atención.
Puede ser una película, un libro, o alguna afición que te sumerja y requiera toda tu atención.
O una actividad física deportiva: bailar, ir en bici…. O algún recado personal.
Lo importante es que de verdad requiera tu atención.
Te pongo un ejemplo: para mi correr me permite ir pensando en mis cosas. Entonces, excepto si estoy haciendo series o voy con alguien, no me hace desconectar. En cambio nadar o bailar para mi es desconexión total. Bailando porque estoy atenta a la música para poder hacer la actividad y nadando porque soy bastante regulera entonces yo si nado es como que tengo que ir sobreviviendo. Vamos, un mindfulness total.
#3 Reconectar contigo
Muchas veces el problema para desconectar del trabajo es porque hay algún tema más de fondo pendiente. Preocupaciones, falta de motivación, estrés…
A mi me encanta poder dedicar tiempo a escribir y descargar pensamientos, sensaciones , reflexiones y me ayuda a poner ideas en orden .
Pararme a sentir y a pensar que puede haber detrás de una preocupación (sobre todo si aparentemente no es tan importante) o de estar demasiado pendiente del trabajo.
A veces hacemos hacemos hacemos y no dejamos ese espacio para reflexionar, y es muy sano tanto para descargar emociones o como para entender problemas más profundos, como que estás con demasiada carga de trabajo y necesitas delegar algo (aquí por cierto te dejo un vídeo sobre cómo empezar a delegar).
O tienes que quitarte un tipo de cliente que te da muchos problemas, o incluso para repasar las cosas más positivas y en las que hemos avanzado en el día (que parece que solo pensamos en lo pendiente).
Recapitulando, las ideas para desconectar del trabajo son:
- #1 Diferencia tu espacio de trabajo.
- #2 Establece un horario.
- #3 Hacer la lista para mañana.
- #4 Ritual de cierre: medita, hazte una infusión…
- #5 Olvídate del móvil.
Y para reconectar contigo:
- #1 Quedar con personas.
- #2 Tener una actividad que absorba tu atención: una película, un deporte …
- #3 Reconectar contigo y reflexionar.
Y si quieres hacer tu plan de conciliación para poder realmente equilibrar las áreas de tu vida que son importantes pero no sabes por dónde empezar, te invito a descargar las Hojas de Trabajo para mejorar la gestión de tu negocio para una mayor conciliación laboral y personal.
Eso es todo por hoy. ¿Tú tienes algún otro truco para desconectar del trabajo? ¿Qué es lo que te funciona? Te leo en los comentarios 🙂
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