Ha habido dos momentos en mi vida en los que me he encontrado frente a una crisis existencial sobre mi carrera profesional.
La verdad es que ni siquiera tenía sentido: Estaba haciendo justo el trabajo para el que me había formado, en una empresa de renombre internacional, con posibilidades de viajar, con un sueldo mucho más alto que otros amigos ingenieros, una prometedora carrera como directora de proyectos…
Pero yo no veía mi futuro allí. Los horarios eran eternos (incluso se trabajaba fines de semana), los sacrificios grandes.
Te podían cancelar las vacaciones de un día para otro, echarte si no aceptabas que «a partir de la semana que viene te marchas a Israel para trabajar un año». Incluso hacerte pensar que era normal que hubiera una baja por ansiedad cada poco tiempo.
Es difícil explicárselo a la gente de fuera, cuando en seguida te contestan «pero quédate, que la cosa está muy mala, echa dos años más y ya luego buscas otra cosa» o «tú al menos tienes trabajo».
Finalmente me fui. Diseñé un proyecto de cero y creé una empresa.
No fue un problema económico, la empresa no iba mal. Además ya era mi propia jefa, y podía trabajar a mi ritmo, junto con otros colaboradores con los que trabaja sin jerarquías y sin burocracia.
Pero había un problema de insatisfacción personal.
Con el tiempo, lo que había empezado siendo un proyecto muy «mío», se había diluido con consejos de personas de la vieja escuela. Me había estado guiando por los valores de otros, y había dejado de verle el sentido a lo que hacía.
Empecé de nuevo. Sabía que aquello podía ser diferente, y cuando acepté el riesgo, fui consciente de que yo tenía el poder de cambiarlo todo. Lo hice y no sabes cuánto me alegro.
Con esto quiero decirte que sé que los cambios son difíciles, y en cierta manera, inevitables. Pero si aprendes a gestionar los cambios en tu vida, evitarás muchísimos problemas a largo plazo.
Tabla de contenidos de este post
¿Cómo identificar el deseo de cambio?
En la mayoría de los casos, los cambios surgen en nuestras vidas porque dejamos de estar cómodos:
- No te sientes realizado con tu trabajo o a gusto con tu equipo.
- Crees que tiene que haber una forma diferente de hacerlo, que no vas por el buen camino.
- Sientes que te mueves por inercia o según las prioridades de otro, no las tuyas, y quieres cambiarlo.
- Te falta motivación en lo que haces y necesitas sacarla de algún sitio.
Lo que tienes ante ti es una oportunidad para aprender, para mejorar y para probarte que eres capaz de afrontar los cambios.
Pero si ignoras esa vocecita que te dice que quieres cambiar, esta se volverá contra ti.
Resistirte a tu deseo de cambio sólo empeora las cosas
Si llevas tiempo retrasando un cambio no es de extrañar que hayas notado síntomas como estos:
- Agotamiento: puro y duro. Te cuesta hacer todo, porque todo te pesa.
- Alarmas corporales: dolores de cabeza, problemas de digestión, dolores de espalda, caída del pelo …
¡Es tu cuerpo avisándote de que te estás forzando!
¿Recuerdas algún momento de tu vida en que sintieras eso?
Seguro que venía acompañado también de desmotivación, mal humor y lamentaciones.
Di basta. Empieza a cambiar. Y mejor hoy que mañana, porque alargarlo solo te hará quemarte más, y tener que recuperar más tiempo perdido.
Las consecuencias de no cambiar: el fracaso asegurado.
El fracaso puede tomar muchas formas, pero concretamente, no cambiar lo que no te gusta de tu vida, es un fracaso personal.
Es algo interno, y tu serás quién te juzgue por «lo que nunca hiciste y podías haber hecho». Puedes encontrarte con todo el dinero del mundo, estabilidad y «una vida que cualquiera envidiaría» pero sentirte vacío por dentro.
¿Qué me hubiera pasado si me hubiera quedado en Abengoa dos años más? Esa sensación de no estar en el lugar adecuado, hubiera seguido creciendo hasta poder conmigo. Y cuando diera el paso, no habría llevado la ventaja que tengo ahora.
Eso sí, si quieres llevar a cabo un cambio, te toca ponerte manos a la obra y enfrentarte a tus peores enemigas: las excusas.
Las excusas, el reflejo del miedo.
Siempre puedes encontrar alguna. Pero en el fondo son solo eso: excusas.
Te puedo resumir todas en una: «Ahora, no es buen momento».
Pero a mí, no me engañas, siempre vas a tener asuntos personales, mucho trabajo y poco dinero disponible. Realmente lo que estás haciendo es crear una barrera ante el cambio.
Lo entiendo, tienes miedo. Yo también lo tenía: miedo a fracasar, a no dar la talla, al rechazo, a equivocarte, a los conflictos con personas que te importan ….
Pero merece la pena, con el tiempo lo verás.
Arrancar con el cambio es más fácil de lo que parece
Lo primero, tómate un día libre. Ahora, en un lugar tranquilo y sin distracciones, plantéate:
- ¿Qué es aquello que cambiarías hoy mismo en tu vida, si no hubiera ninguna consecuencia negativa?
- ¿Qué es lo que más te asusta de realizar ese cambio?
- ¿Cómo sería tu vida, si todo saliera bien?
- ¿Qué puedes empezar a hacer para cambiar lo que no te gusta?
Ya has identificado tu deseo de cambio y tus miedos. Ahora toca pasar a la acción y mi consejo para ese momento es que te rodees de las personas de tu entorno que más fuerza te transmitan.
Mieditis dice
Genial el artículo,Ana, y sobre todo porque no son consejos dados alegremente, sino desde la experiencia. El problema está cuando no se ve tan claro, o que a veces no se sabe a ciencia cierta hasta cuándo merece la pena. Y, como señalas, es esencial ser sincero con uno mismo y no ponerse excusas (aplicable a todo en la vida).
Ana Sastre dice
Gracias por tu comentario » Mieditis» 😉 Es cierto que el cambio implica novedad, y la novedad incertidumbre. Nunca vas a tener todos los datos sobre qué pasaría si dieras el paso de cambiar, ya que no podemos leer el futuro. Pero por eso, las señales que vemos en nosotros mismos, como el estres, la desmotivación, los signos físicos… te dan la respuesta. Quizás no te dicen qué tienes que hacer exactamente, pero te dicen que tienes que salir de ahí y buscar otras opciones. Si no será la vida la que te lleva a ti, y no tu a tu vida.
Si te sientes perdida en la decisión, te cuento que yo también lo he estado, y he tirado de mentores que, en una hora, y con las preguntas adecuadas, me ayudaban a ver por donde tirar, qué era lo que realmente buscaba, y me daban un chute de motivación para arrancar con mis ideas.
Gracias por compartir tu visión, y espero pronto verte por aquí de nuevo, quizás con un nuevo nombre como «Coraje». Un abrazo
Roberto Cereijo dice
Ana, comparto completamente lo que expones en tu post. Creo que en tu caso el salto ha sido «doble mortal», ya que has pasado de trabajar por cuenta ajena a trabajar por cuenta propia en tu propio proyecto. Yo recomendaría que salvo que exista un proyecto de emprendimiento, se buscase trabajo antes de dejar el que se tiene, ya que creo que facilita tanto la búsqueda como el cambio y la verdad es que la situación «anémica» del mercado laboral en España probablemente tardará en recuperarse.
Ana Sastre dice
Si tienes toda la razon Roberto. No es necesario, como yo hice, hacer el cambio laboral de golpe.
De hecho por eso yo soy muy pro-marca personal. Creo que al final todos somos los emprendedores de nuestras vidas, y que un jefe por cuenta ajena no es sino un «cliente de los gordos». Que mientras esté contigo fenomenal, pero si te deja, te quedas tirado. Así la marca personal, y tu carrera profesional de cara al público es algo que siempre conviene tener trabajado, pro si pasa lo peor (incluso si estás agusto con tu empresa pero cierra).
Ya tienes tu marca desarrollada para dar el salto a lo que quieras: a una empresa o a otro trabajo (las empresas de recursos humanos veran como te mueves en redes sociales, si tienes un blog, como presentas tus puntos fuertes, como haces una presentacion…)
Así que sí: animo a trabajar la marca personal, y si quieres dar un cambio laboral con más razón. Así podrás crear una pequeña cartera de clientes potenciales para cuando quieras ponerte por tu cuenta
Itziar pernia dice
Enhorabuena por el post Ana,y gracias por poner delante de nuestros ojos la realidad que en ocasiones no nos gusta ver y/o reconocer.
La experiencia me dice que tienes razón en tus reflexiones!
Sigue así,un saludo
Ana Sastre dice
Gracias Itziar, así lo haré 😉
MARIA LOZANO dice
Me ha encantado Ana. Ya lo he compartido. En su dia me pude sentir así, y hoy que sé que cambiando tomé la decisión acertada se me vienen a la mente muchas personas en mi alrededor a los que creo que este post puede ser de mucha ayuda. Así que compartido queda!
Ana Sastre dice
Gracias María, me encanta que compartas tu experiencia también, porque mucha gente se siente incomprendido en esos momentos. Creo que tomaste la mejor opción y te atreviste a invertir en tu futuro y tu negocio, lo cual es admirable. Enhorabuena por tu creación 🙂
Juana Román dice
Hola Ana, cuanta razón tienes.
Me ha encantado tu post.
Muchísimas gracias por compartir tu experiencia y tu sabiduría
Besos
Ana Sastre dice
Gracias Juana, a veces el cambio da miedo, por eso ayuda oír a personas que lo han pasado y como se sienten después.
Y gracias a ti por estar ahí y dar lo mejor de ti.
Lorena dice
Una vez más me postro ante tu visión de la vida y como compartes tus consejos que son de lo más humano, ya que socialmente parece que no pueda uno pensar así ni replantearse nada, como si fueramos todos en rebaño. Me he sentido bien leyendo tu post, ahora «sólo» hace falta encontrar el camino correcto…
Ana Sastre dice
Eso , ahora, a pasar a la acción! que el camino correcto sólo se encuentra caminando 😉
Un abrazo Lorena!
Camilo dice
Hola Ana, muy oportuno tu post.
Acabo de renunciar a mi trabajo de 7 años exactamente por las mismas razones que expones en tu post.
Creo que si hubiera durado un día más, estaría de manicomio.
Ahora me siento más liberado. Eso sí, estoy asustado, ya que en este proceso de emprender mi proyecto online, hay tanta información que no se por donde empezar.
Lo importante acá es entender que los problemas, los miedos, la incertidumbre, el riesgo y demás factores aparentemente “negativos” son el verdadero combustible para el éxito. Son ellos los que te desafían a ser mejor cada dia.
Un saludo especial.
Ana Sastre dice
Hola Camilo, gracias por tu comentario!
Me encanta que compartas tu historia, desde luego lo mejor que has hecho es iniciar el cambio. Es normal que sea difícil (si no cuando se consigue algo tampoco sería tan satisfactorio), pero se saca. Y sí, efectivamente hay quizás «demasiada información» sobre emprender online, y la gente se siente confundida: Por eso en el Blog intento filtrar un poco, para ir a lo que funciona en la etapa de inicio, y para empresas pequeñas que tienen que pasar de su trabajo offline al online.
Y estoy de acuerdo, si coges «lo negativo» y lo canalizas para cambiar lo que no te gusta, acabarás mejorando tu ivda en mil aspectos.
Te mando un abrazo y mucho ánimo para seguir con tu proyecto y cualquier cosa que necesites aquí estoy.
Suerte Camilo!
Camilo dice
Hola Ana, Gracias por tu respuesta,
Definitivamente otro gran combustible para seguir adelante son las motivaciones y mensajes de ánimo como el que me acabas de dar.
Estaré superpendiente de los contenidos que publicas.
Saludos,
Ana Sastre dice
Gracias Camilo, será un placer tenerte por aquí 🙂
Eva Bargues dice
Muy bueno el artículo Ana, un fuel reflejo de lo que yo sentía antes de «mi cambio», insatisfacción, tristeza, agobio, baja autoestima, aburrimiento… Y luego el cambio fue más fácil de lo que esperaba porque, con tu ayuda, me preparé a conciencia. Puedes elegir confirmarte y sobrevivir. O puedes elegir dar el salto y vivir plenamente?❤️
Un abrazo grande
Eva