Este agosto no tenía muy claro que hacer por vacaciones. Me apetecía desconectar (lo necesitaba) pero parecía que ningún plan terminaba por salir.
Hasta que me llegó un evento por Facebook sobre un retiro de yoga y meditación en la sierra de Gredos del centro de Kinema (¿veis como los eventos del Facebook sirven?)
Porque a veces estás tan sumida en la rutina que dejas de plantearte por qué haces lo que haces.
¡Exacto! estás «ocupada» pero sin ton ni son:
- Pierdes el foco. Haces cosas sin saber si eso es lo que deberías estar haciendo en ese momento.
- Pierdes fácilmente la atención. Cambias la tarea y dejas otra a medias que luego olvidas. No estás a lo que estás y al final postergas infinitamente lo importante.
¿Te suena? ¿Verdad?
Tabla de contenidos de este post
Una carta a mí misma: confesiones de una mujer empresaria
Para mí el gran objetivo de este retiro era sentirme más centrada, reciclar energías y volver más fuerte que nunca.
Lo que no me imaginaba es que todo eso pasaba por un proceso de aceptación y compresión.
Y por ello el trabajo no ha sido tanto el conseguir encontrar el foco sino entender por qué se pierde.
De ahí que me escribiera las siguientes «confesiones» a mí misma, con la idea de dejarlas a mano, para cuando se me olvidaran 😉
Confesiones de una empresaria
#1 No soy perfecta. Ni siquiera me acerco a la perfección. Cometo errores, como cualquier otra persona. De hecho, eso no es malo, es simplemente, que estoy en movimiento.
#2 No soy súper efectiva. A veces sí, pero sólo a ratos. También a veces procastino, me bloqueo o simplemente, me puede la pereza…
#3 No siempre tomo decisiones. Que fácil parece cuando lo ves en los demás, pero cuando te toca para ti… Muchas clientas me dicen que «qué infinita paciencia tengo con ellas cuando se atascan». ¿Sabéis por qué? Porque sé lo que se siente y sé que lo que me ayudaría a mí en esos momentos. No somos tan distintas.
#4 Soy mujer antes que empresaria (ojo al dato :P). Y sí, tengo semana premenstrual (gracias Begoña por recordármelo), como todas. También soy sensible a como se dicen las cosas, me importa mucho la información no verbal y me gusta rodearme de mujeres (o bueno, de energía femenina) porque veo un nivel de compresión más profundo de la realidad.
#5 Antes que mujer, soy persona. Y me puedo sentir perdida, puedo cambiar de opinión, puedo tener ganas de llorar o enrabiarme. Tener ganas de bailar, sentir vergüenza y aburrirme soberanamente.
Simplemente: NO PASA NADA
¿Y sabes qué? Que como dice el anuncio de ING NO PASA NADA (ni me llevo comisión por nombrarlo, ni tengo cuenta, ¿eh?).
Efectivamente, ya vivimos demasiado condicionados con respecto a lo que debemos y no debemos hacer, lo que debemos y no debemos pensar y lo que debemos y no debemos sentir.
Y es que tengo que aceptar que a veces te tienes que permitir el lujo de perder el foco y de tener que replantearte todo.
De pedir ayuda con algo o de dejar un proyecto a medias.
Es simplemente parte del proceso y puede darte una información muy valiosa sobre tus objetivos finales (porque de vez en cuando toca revisarlos).
A mí me ayuda mucho:
- Llamar a un amig@ y charlar con él, porque de la interacción y del compartir surgen grandes ideas.
- Pedir consejo a alguien que respetas, admiras, y/o te conoce muy bien.
- Escribir lo que piensas para ordenar las ideas.
- Hacer ejercicio y meditar (para resetear la mente).
A veces hay que destruir para construir y desorganizar para organizar.
Un fantástico descubrimiento: Tu debilidad puede ser tu fuerza
De hecho, con el tiempo me he dado cuenta de que el ser imperfecta me hace valiosa.
Claro, si fuera perfecta, para mí sería totalmente incomprensible que la gente no fuera capaz de entender los conceptos que manejo, ni que no pudiera hacerlo bien a la primera.
Porque sé explicarles despacio las cosas, porque sé respetar sus «tiempos» y porque sé adaptarlos a sus capacidades.
Me permito empatizar con ellos y ayudarles desde donde necesitan, no desde donde «deberían estar».
Sé contigo igual de buena que lo eres con los demás
Así que finalmente en el retiro me relajé, hice deporte y charlé con amigas.
No busqué hacer un plan perfecto para la vuelta de septiembre, ni arreglar el mundo.
Para mí, esa es la mejor forma de desbloquearte, de recuperar el foco y de arrancar con fuerzas.
[box] Gracias a todas las personas que me acompañaron en este retiro y me inspiraron con sus historias para entender mejor la mía: Francesca, David, Raimon, Briggite, Franca, Elena, Verónica, Carolina, Granada, Encarna, Vera, Ana Mari y Paco.[/box]
Ana Bizarro dice
Como mujer empresaria (madurita!) te cuento: ¡No pasa ná!
Estamos en un mundo de urgencia, de objetivos, de prisas … pero en los negocios pasa como con los viajes.
Muchos salen a descubrir sitios paradisíacos, sin conocer su región, su país.
Muchos conocen muchos países (pero en tren y de noche).
No sé si las mujeres sentimos más profundamente la «realidad» pero somos menstruales como la Luna.Y sentimos.Y muchos nos sienten ¡ná! Me ha costado mucho entenderlo pero es así.
Creo que las vacaciones te han sentado fenomenal ¡Ósea que a por el nuevo curso!
Cuenta conmigo para lo que necesites, que las mías también me han sentado de maravilla.
Un besazo!
Ana Sastre dice
Muchas Gracias Tocaya! Si la verdad, es que es mucho mejor sentir y percibir, que estar solo haciendo cosas y que nunca te replantees nada, porque no sientas nada!
Eres mujer, (joven!) con energía y sabia a más no poder. Un placer escucharte siempre!
Y nada ahora lo que me toca: acción con alegría 😀
begoña dice
Que maravilla de post y que inspirador para mi.
Ana eres tan auténtica y tan real. Y claro que como mujeres todo lo sentimos diferente y lo maravilloso es cuando lo dejamos sentir. Eso nos cuesta un poquito más, en este afán del hacer.
Ocurre que nos llegan las cosas, los acontecimientos, cuando lo necesitamos y si sabemos VER, pues nos vamos siguiendo la intuición (madre, sabia).
Yo soy una de esas personas a las que Ana respeta mucho los tiempos, tiene una paciencia infinita y me anima en cada pequeño paso o cada caída.
Gracias Ana.
Una abrazo corazón.
Ana Sastre dice
Muchísimas gracias por tu comentario Begoña 🙂 Nada me hace más feliz que trabajar con personas que me inspiran y que conectan bien conmigo.
Y yo podría copiar tu mismo comentario y enviártelo a ti y encajaría a la perfección
Un abrazo Bego, mujer auténtica donde las haya 🙂
Ana Vico dice
¡Qué buen post, Ana!
Mostrar nuestras debilidades es lo que nos hace distintos, únicos, porque también en nuestras debilidades radica nuestro impulso a crecer y mejorar.
Desde luego que no soy perfecta, ni lo quiero 😛 Me gusta tu forma de afrontar un «reseteo», creo que todas lo necesitamos alguna vez. A mí me vino muy bien irme del entorno cotidiano y cambiar de aires: viajar.
Te comparto porque me ha tocado mucho este post. Un abrazo.
Ana Sastre dice
Hola Ana! Me alegra que te haya gustado 🙂 Creo que los has dicho estupendamente . Sin ese impulso de mejorar y crecer perderíamos el norte, el deseo y las ganas de aventurarnos y emprender. Me alegra compartir esa visión contigo, sabiendo que tu eres una experta en el tema emocional 🙂
Un fuerte abrazo!
Laura dice
Qué buen post Ana, corazón 🙂 A ti hasta de retiro te cunde!
Yo tengo conciencia de que maduré cuando acepté que no soy perfecta y que los demás tampoco lo son.
Que la gente tiene derecho a equivocarse, a cometer errores, simplemente porque sí, porque somos adultos y porque podemos elegir un camino «no perfecto».
Y el día en que acepté eso, que no puedo estar en batalla pretendiendo que las personas que me rodean sean lo que no son, ese día…. fue como quitarme un enorme peso de encima 🙂
Un abrazo tesoro!
Ana Sastre dice
Muchísimas gracias Laura!si la verdad es que es liberador , tanto pensándolo para uno mismo como para los demás.
Genial tu comentario, gracias compi de batalla!
Juana Román dice
Hola Ana, me ha encantado tu post y tengo muchísimas ganas de que se den las circunstancias para poder trabajar contigo, debe ser un gustazo.
Bss
Ana Sastre dice
Gracias por tu comentario Juana 🙂 seguro que se da la oportunidad y podremos hacer cosas estupendas. Se que contigo será fácil! Un fuerte abrazo 🙂
Gonzalo E. G. dice
Buenos días y gracias por esta entrada.
La verdad que a veces somos nosotros mismos los que nos damos «latigazos», y nos exigimos hasta bloquearnos, queremos abarcar tanto que no valoramos lo que conseguimos (o parece que no conseguimos nada.)
Sin embargo creo que se logra más con el «fluir» que con fustigarnos (hay en YouTube alguna conferencia de Covadonga Pérez-Lozana interesante, y tampoco me pagan por nombrarla jejeje, pero me parece que aporta.)
Un saludo y muchas gracias.
Ana Sastre dice
Gracias Gonzalo, creo que me apunto ese video para mirarlo y tenerlo a mano 🙂 Y llevas razon a veces deberiamos tener menos listas de «pendiene de hacer» y mas listas «mira todo lo que ya has hecho!»
Un abrazo!
Javier Gutiérrez dice
Querida Ana,
El año pasado hice un retiro de meditación y silencio y había libélulas por todos lados. Y aunque fue hace un año y aun no te conocía, ahora sé que allí también estabas tú.
La compasión hacia nosotros mismos es lo que nos permite ser compasivos con los demás.
Bellísima entrada para un nuevo curso en el vas a volar muy alto.
Un abrazo grande.
Ana Sastre dice
Muchísimas gracias Javier, es exactamente eso. Sustituyes la inseguridad, la rabia, el miedo por la compasión y todo se vuelve más ligero, más fácil.
Te seguiré acompañando como amiga voladora en tus retiros así me contagio de tu maravillosa energía.
Un fuerte abrazo
María dice
Hola Ana. Qué bien has descrito las sensaciones que muchas tenemos cuando emprendemos. Creo que nos has tocado la fibra sensible. Nos exigimos mucho, porque vemos que no podemos abarcarlo todo, y eso nos frustra. En cuanto a desconectar y descansar, la verdad no lo he hecho. Espero poder hacerlo este mes o el que viene. Sé que me vendrá genial reflexionar y dejar un espacio para entender cómo puedo mejorar mi proyecto. A veces me siento como si estuviera adicta a mi trabajo: eso nos pasa a los que disfrutamos con lo que hacemos. Pero de vez en cuando es necesario desconectar. Gracias por esta dosis de motivación. Un abrazo.
Ana Sastre dice
Hola María! Que alegría verte por aquí 🙂 pues ya sabes al final el descansar es cuestión de prioridades. De ponernos a nosotros mismo como lo primero. Pero te entiendo, cuando emprendes parece que empiezas a luchar y a invertir energía en algo de fuerza mayor, en un sueño. Y eso te da energía para mover montañas. Pero claro, mover montañas cansa jeje.
Te deseo lo mejor, que desconectes en septiembre ( el mundo sobrevive sin nosotras al final ) y muchas gracias por tu comentario. Nos vemos en la red 🙂
Antonio G. dice
Hola Ana
Menudo artículo tan personal! Me ha encantado. Acabo de aterrizar aquí por «culpa» de tu tocaya Bizarro. Ya le he dado las gracias.
Y ahora te las doy a ti por recordarme la importancia de parar por un momento. En estos días en los que tengo los pensamientos, acciones y agenda atiborrados con mil cosas me ha servido para desconectar y tener un momento de… PAZ. Gracias.
Un abrazo
P.D: El anuncio de ING brutal! ajajja. Ahora ya estoy con ellos, y me alegro.
Ana Sastre dice
¡Ay esta Bizarro! ¡Donde pone el ojo pone la bala! 😀 Nos falta tiempo a veces para permitirnos respirar. Así que disfruta ese momento de parar que tu eres de los que saben valorar lo que uno tiene 🙂 (y ya me tocará que me digas lo mismo tu a mí en algún momento, que a veces nos lo tenemos que recordar! )
Un abrazo y adisfrutar del día!
PD: jajajaja vaya publi se está llevando ING , me van a tener que patrocinar el post 😛